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Fotografía: NeONBRAND

Entrena haciendo fotos con el Móvil

Cuando iniciamos nuestros estudios en fotografía siempre es un gran deseo que nuestra cámara sea la más grande, la más potente, la que mejor tome fotos. Empezamos a mirar los equipos que tienen nuestros compañeros de estudio y encontramos a alguien que ha invertido mucho dinero en su equipo y, de inmediato, nuestras expectativas sobre el trabajo de este colega fotógrafo comienzan a ser más altas. Con el tiempo vamos descubriendo las fortalezas y debilidades del equipo que tenemos. Y más pronto que tarde queremos cambiar nuestra cámara por una mejor. Nos asesoramos con nuestros profesores, buscamos en internet y finalmente compramos la cámara que creemos es la mejor para nosotros. ¿Qué sucede después?

Estamos maravillados con nuestro equipo, encontramos que tiene una cantidad de funciones y botones que desconocemos. Luego, salimos a hacer fotografías y probar la potencia de nuestra nueva adquisición. Terminamos haciendo las mismas fotografías que ya veníamos haciendo, pero ahora con un equipo más grande, más pesado y más costoso. En una ciudad como Bogotá el peligro suele ser el enemigo más grande de la fotografía, y tener un equipo costoso en la calle no solo expone nuestra seguridad y nuestra inversión, sino también limita nuestras posibilidades expresivas. Subimos al transporte público y encontramos una escena maravillosa: un rostro agotado de la jornada de trabajo mirando por una ventana. Sacamos nuestra cámara, apuntamos y, como estamos aprendiendo a exponer, nos tomamos un tiempo en hacer los ajustes necesarios para la luz disponible. La mujer se da cuenta que le estamos dirigiendo nuestra cámara a su rostro, se asusta, se cambia de lugar y si contamos con suerte no nos insulta por estar intentando tomarle una fotografía. Nuestro costoso y pesado equipo nos ha fallado.

Al bajar en la siguiente estación encontramos sobre la carrera séptima un bellísimo atardecer que golpea con un haz de luz los edificios antiguos. Decidimos que es el momento de sacar nuestra cámara y obturar un bello paisaje urbano. Entonces, nos encontramos con que el sector en el que estamos es un sitio donde la delincuencia es recurrente y no podemos obturar los 15”segundos que requiere nuestra exposición. Finalmente, nos rendimos con nuestra expedición fotográfica y decidimos culpar a la inseguridad real y la inseguridad percibida de no permitirnos trabajar como fotógrafos dentro de Bogotá. Regresamos a casa y no entendemos cómo podemos mejorar nuestro trabajo para una próxima salida.

Entramos a internet y vemos que nuestro amigo de Facebook, el fotógrafo reportero gráfico, ha conseguido una hermosa imagen de ese atardecer en Bogotá y decimos: ¿Cómo lo ha hecho? No existe otra respuesta más: es una persona con práctica y conocimiento. Pero ¿Cómo adquiero práctica si nunca puedo salir con mis equipos? La fotografía con teléfonos celulares. Existen hoy en día cientos de artículos sobre fotografía con el teléfono móvil que nos explican cuáles aplicaciones utilizar, cómo mejorar nuestras fotos y qué objetivos podemos comprar. Mi objetivo es plantear el teléfono móvil como alternativa para seguir haciendo fotografías dentro de nuestra querida y lastimosamente peligrosa ciudad de Bogotá.

Con nuestro teléfono móvil podemos practicar en nuestro tiempo libre de estudio o de trabajo para capturar los mejores instantes que encontremos a nuestro alrededor. No solamente nos permite tener un equipo fotográfico liviano sino que también tendremos una resolución sorprendente. Con aplicaciones como ‘Manual’ para iPhone, podemos decidir nuestro tiempo de exposición, ISO, balance de blancos, si utilizamos el flash de la cámara o no; todo esto va a contribuir a generar una practica fotográfica constante con el uso de nuestros dispositivos móviles. Es un reto muy interesante cuando comenzamos a usar nuestros teléfonos para capturar las imágenes que hacemos con nuestras cámaras. Al principio el uso que le daba a mi cámara del teléfono no era otro más que el de registrar cosas que consideraba sin importancia para mi obra fotográfica.

Dentro de estas imágenes estaban reuniones familiares, con amigos, viajes no muy lejos de casa, salidas al centro de la ciudad. Y con el tiempo, al revisar estas imágenes he encontrado situaciones muy interesantes para mi documento personal fotográfico así como también fotografías que tal vez no hubiera podido lograr de haber tenido en aquel momento una gigante y costosa cámara como la que soñaba cuando comencé a estudiar fotografía. Hablando de fotografía siempre he dicho: Es mejor que me cuentes una historia con una “mala” imagen a que me cuentes cómo era esa maravillosa historia y me hagas imaginar la fotografía que no hiciste.

Fotografías de mi vida privada están todas registradas y archivadas gracias a mi teléfono celular. Ahora puedo revisar que hace dos años estaba en determinado lugar gracias a que pude capturarlo con la cámara que siempre viaja conmigo. También encuentro que es una fotografía más libre, con una espontaneidad que suelo dejar de lado cuando tomo mi gran cámara y me pongo en el ‘modo fotógrafo de verdad’. ¿Por qué soy un ‘fotógrafo de verdad’ cuando tengo mi cámara costosa entre mis manos y no cuando tengo mi teléfono en situaciones interesantes de mi cotidianidad? Porque estamos acostumbrados a pensar que la fotografía solamente puede ser realizada por los grandes equipos, y no entendemos que la fotografía es creada por las cuidadosas miradas. El resultado final no lo da el equipo, sino quién lo usa. Y cada día las cámaras réflex y los teléfonos celulares se acercan más en su oferta de calidad. De igual manera, una buena fotografía creada con un teléfono móvil puede tener un nivel igual o superior en su poder expresivo a una fotografía hecha con una “cámara de verdad”.

Hace poco mi hermano me compartió una entrevista que le hacían a Trey Rattcliff – fotógrafo al que admiro profundamente-­‐ en la cual le preguntaban cuál creía que era el futuro de la fotografía de aquí a 5 o 10 años. Su respuesta: los teléfonos móviles. Entonces mi hermano me preguntó: ¿De verdad crees que eso sea así? Y le respondí: No existe duda alguna. El entrenamiento fotográfico puede estar dado desde nuestros celulares. Podemos aprender a exponer y entrenar nuestro ojo en las situaciones cotidianas gracias al diminuto tamaño y la ligereza de esa cámara que está en nuestros bolsillos. Podemos aprender a revisar y seleccionar las imágenes que tomamos, y además modificarles el brillo, el contraste y la saturación para terminar el proceso de nuestra fotografía. Como si esto no fuera suficiente, podemos compartirla en tiempo real y tener una retroalimentación de nuestras imágenes.

El día que alguna marca arriesgada, como lo está haciendo Sony actualmente con sus cámaras sin espejo, se anime a colocar un sensor Fullframe en uno de estos teléfonos y le podamos colocar diferentes ópticas, será sin duda un gran golpe para las cámaras DSLR que están tan bien posicionadas hoy en día en el mercado. Mientras tanto, para los citadinos nuestro celular es una gran herramienta de creación de imágenes. Desde allí podemos proponer y explorar.

De manera que algún día, cuando tengamos nuestra cámara costosa y grande en la maleta del Transmilenio, encontraremos a un niño dormido sobre los brazos de su padre en una mágica luz matutina, sacaremos nuestra cámara, expondremos con agilidad y obtendremos la fotografía que meses atrás por falta de práctica y entrenamiento visual no habíamos conseguido. Pueden existir diferentes puntos de vista para la fotografía con teléfonos celulares y con cámaras DSLR. Estoy seguro que existe una gran variedad de ofertas en equipos y diferentes teorías que podrían generar un gran debate. Algunos reporteros gráficos dirán con severidad que ellos se formaron sacando su gran cámara y exponiéndose a la ciudad, que no hay forma de comparar esta experiencia con la de un teléfono. Sin embargo, estoy seguro que quién aprenda a conseguir excelentes imágenes con las dificultades de la cámara de un celular, tendrá un ojo suficientemente delicado para construir esas fotografías con una DSLR, SLR, Mirrorless, o lo que sea que venga de aquí en adelante.


¿Ya conoces a Alfonso León, reconocido fotógrafo urbano quien captura imágenes únicamente con celular? En SieteFotógrafos lo entrevistamos, te invitamos a leer el articulo en el sigueinte enlace:

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