Por Gilberto Andrés Álvarez Castaño
La India es un país que nos ofrece una gran variedad de experiencias. En esta crónica Gilberto nos muestra un poco de su travesía por este país.
India es un país que se ama o del que se quiere huir, no hay punto intermedio en este lugar de sobre estimulación sensorial, donde todo huele, todo es ruido, todo es colores, todo sabe, todos te tocan, todo es caos con un toque de armonía. He visitado India 2 veces y cada visita ha sido una experiencia totalmente diferente. En el último viaje, el año pasado, estuve en la región de Rajastán, un estado del norte de la India que limita con Pakistán. Esta región está lleno de palacios y fuertes que nos recuerdan los numerosos reinos que históricamente se disputaron la región.
Empezamos el viaje en Nueva Delhi, la capital del país con más de 20 millones de habitantes. Para vivir la experiencia local, nos fuimos al barrio Old Delhi, un barrio del siglo XVII con una de las mezquitas más grandes de toda la India, Jama Masjid, con capacidad para 25,000 personas. Este es el lugar perfecto para vivir los contrastes de la India, pues aquí es común ver familias y personas pasando el día, comiendo, leyendo, jugando y hasta durmiendo.
A más de 660 km queda Udaipur, conocida como la ciudad de los lagos ya que está rodeada por un complejo de lagos artificiales. Es una de las ciudades más mágicas y con mejor energía que he conocido en India. La vida de la ciudad gira entorno a los lagos, en especial al Lago Pichola, el más grande de todos.
Después de más de 4 horas de viaje por carretera llegamos a Jodhpur, la segunda ciudad más grande de Rajastan, famosa por sus palacios y fuertes, con uno de ellos ubicado 125 metros por encima de la ciudad, el fuerte de Mehrangarh. Dentro del fuerte se pueden visitar palacios, templos y un museo de historia de la región.
Nos fuimos de Jodhpur hacia la capital de Rajastán, Jaipur. Fue un viaje de 7 horas en carro para llegar a la ciudad rosa de la India y visitar el Fuerte Amber, donde una de las cosas más interesantes a parte de recorrer la imponente edificación, es ver la interacción acción entre la cultura, los turistas y los locales.
Luego, en el recorrido de 4 horas en carro de Jaipur a Agra, visitamos Fatehpur Sikri, una ciudad abandonada perfecta para la fotografía, por su arquitectura y el color de la piedra. Esta ciudad queda una hora antes de llegar a Agra.
Finalmente llegamos al destino más esperado de todo el viaje, Agra, la ciudad donde fue construido el Taj Mahal, quizás la tumba más majestuosa e impresionante que se haya construido, es increíble la vibración y energía que emana este lugar.