Cuestión de Perspectiva
Fotografía: David Rodríguez
Relato: Carolina Martínez
Si miro mi vida desde afuera, parece una sola.
Si la miro desde mi interior, son muchas.
Aún no me fijo en una sola existencia.
Soy parte de todas las vidas que me rodean.
Soy del instante que aparece callado y etéreo
Soy el instante que se acaba de ir
y de aquel que viene siendo.
Voy siendo sin consumirme.
No comienzo ni termino,
Porque la vida es el dominio de lo inagotable.
Porque mi vida es mi dominio sobre lo imposible.
Soy una sucesión de continuidades.
Me enciendo de rojo, de luz, de caminar.
Ardo en la llama de este vivir…
pero no me consumo.
Mi naturaleza es arder desde adentro.
Mi naturaleza es llorar el cielo cuando lo veo.
Mientras lo pienso,
saber que soy un poco de su oscuridad,
un poco de sus estrellas y un poco de su infinito.
Existo y escribo porque hace falta.
Por necesidad, por miedo, por soledad, por abismo.
El abismo es caído, es vértigo y movimiento,
y, por tanto, posibilidad.
No existe nada quieto en el mundo.
Tengo rutas poco definidas, calles sin salida, retornos circulares,
circulares, circulares que me llevan, me alejan y me traen
al origen y al fin de lo que antes estaba muerto en mí.
Volver a la vida sin haberla perdido.
Algo hierve desde adentro, me pone en el presente,
pero también me lleva a lugares no tocados aun por el tiempo.
Cuántas personas distintas soy.
Cuántas otras seré a medida que voy nombrando y siendo con el nombre.
Nombrar es poner un poco de mí en lo otro,
es dejar que ese otro deje huellas en mí.
La palabra que nombra es peligrosa,
quita un poco de uno para ponerlo en un lugar incierto e impermanente.
Yo soy la palabra que nombra.
Nombro mi incerteza,
ese deambular errático por algunos laberintos.
Nombro la sensación de la lluvia en el cuerpo
y el llanto de alegría e inmensidad en ella.
Nombro el abrazo que enciende
y forma un mismo cuerpo en el amor.
Nombro el amor que de tanto sentirlo,
vitaliza los fragmentos rotos.
Me nombro en los vestigios de mí.
Porque no quiero ser, quiero ir siendo.
Sin brújula, sin mapa
sigo los indicios del instinto.
Me levanto desde el gris y parece que finalmente
veo venir lo etéreo.
Y bailo con él, en él, por él, desde él.
El sentido de lo que hago es hallar los muchos sentidos
de lo que vivo.
Respiro el mundo con la mente,
imagino con el cuerpo,
conjuro imágenes desde mis sentidos, todos.
Escribo para no morir,
o para sentir la otra forma de la vida en abundancia.
Soy una persona-mujer-forma viviente a la que a ratos
le falta el aire, pero nunca,
pero nunca,
los colores en el pensamiento.
Soy el instante que se acaba de ir.
Cuestión de perspectiva - Relatado por su autora: